Entre todos los grandes félidos,
quizá el más atemorizante y misterioso sea la pantera negra. Con su obscuro
andar y su sombreada figura recorre su hábitat en busca de alguna victima a la cual matar.
Sin embargo, contrario a la
creencia popular de que la pantera negra es una especie aparte dentro de la
familia de los gatos, no es más que una variación negra de otras especies de
félidos ya existentes.
El jaguar y el leopardo son las especies mas representativas que pueden presentar
formas melánicas y ser llamadas como panteras negras. En estas panteras negras, al
mirarlas detenidamente, siempre se podrá observar el patrón de manchas propio
de cada especie.
El melanismo es ocasionado debido
a una alteración del gen Agouti que
está relacionado con los patrones de color y pelaje.
La denominación de “pantera
negra” proviene del hecho de que ambas especies, leopardo y jaguar, pertenecen
al género Panthera.
Las panteras negras son
individuos exitosos, ya que su color no les impide cazar con gran audacia
escondiéndose en su entorno; además el melanismo se relaciona con un mayor
desempeño del sistema inmunológico y resistencia al cáncer ocasionado por la
luz ultravioleta.
Situación diferente ocurre con
las variedades de félidos albinos, las cuales si son vulnerables, ya que su
color los delata con más facilidad antes sus presas, además de poseer un
sistema inmunológico más débil y una mayor vulnerabilidad a los efectos de la
luz ultravioleta.
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