jueves, 24 de septiembre de 2015

La ley de Wolff y el poder del golpe

Es bastante conocida la existencia de entrenamientos destinados a fortalecer la potencia del golpe y la resistencia física de la parte del cuerpo que lo ejecuta. Las artes marciales, en general, utilizan métodos para endurecer partes como los nudillos, las tibias, los bordes de la mano, etc.


Julius Wolff, un cirujano alemán, dijo con sus palabras: “La forma y estructura de los huesos en crecimiento y de los adultos, depende del estrés y la tensión -esfuerzos- a los que están sometidos. Alterando las líneas de tensión, la forma de los huesos puede ser cambiada.

La ley de Wolff se resume de la siguiente forma: “Si un hueso normal es cargado -esfuerzo- en una nueva dirección, su estructura y forma cambia con su nueva función

Lo que significa que el hueso tiende a cambiar de forma estructural como adaptación a las demandas mecánicas a las cuales se exponga.

En muchas artes marciales se busca aumentar el poder del golpe por medio de esta ley, y es lo que les permite romper objetos duros.

El hueso, al sufrir las microtraumas, obviamente sufre pequeños daños estructurales, pero estos se regeneran, volviendo a las trabéculas (estructuras que conforman el hueso esponjoso), más densas y fuertes.

Trabéculas del hueso esponjoso

El cambio de forma que sufre una trabécula se da mediante dos procesos:

Crecimiento por aposición. Los osteoblastos se encargan de depositar laminillas de forma sucesiva en la zona donde existe el efecto mecánico.

Remoción del tejido óseo. Los osteoclastos se encargan de remover el tejido óseo de las trabéculas en las zonas donde no existe ningún tipo de compresión (efecto mecanico).

Por lo tanto las partes del cuerpo que han sido sometidas a estos microtraumas (por efectos mecánicos) serán más gruesas y fuertes y permitirán realizar entrenamientos más intensos, aumentando la potencia.

Las tibias se fortalecen según se golpea de manera progresiva sacos y superficies duras, al principio se hace con espinilleras, pero conforme se avanza estas van dejándose de lado, según el hueso va obteniendo fortaleza y requiriendo de una mayor tensión.

Los nudillos se entrenan también golpeando superficies que generen ese cambio adaptativo que menciona la Ley de Wolff.



Si al golpear se siente mucho dolor o resultan hematomas, es porque lo estamos haciendo mal, ya sea porque las superficies es demasiado dura o estamos golpeando de manera inadecuada.
El mal entreno puede llegar a provocar lesiones mayores, que nos puede comprometer la salud del hueso o de la articulación.

Muchas veces el área que se somete a los microtraumas puede sufrir degeneración de las terminaciones sensitivas, y la adaptación se genera porque ya no se es capaz de sentir el estímulo al que se expone.

A pesar de que históricamente se han usado procedimientos rigurosos para fortalecer la potencia del golpe, hay muchos detractores de estas prácticas como Shigeru Egami quien consideró que, tras utilizar esos métodos durante los 24 años que lo hizo, la utilidad que logro no fue significativa.


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