Es bien conocida la existencia de
plantas toxicas, e incluso mortales, que habitan lo más recóndito de los
bosques. Plantas que nadie se atrevería a probar. Nadie se puede fiar de una
planta desconocida por el temor de morir intoxicado, pero, ¿Qué hay de las
plantas tóxicas con las que convivimos muy cercanamente?
Existen varias especies botánicas
que las personas utilizan de diversas formas, muchas veces desconociendo lo
peligrosas que pueden llegar a ser. Muchas
de ellas sirven de alimento o medicina al ser humano. Algunas de estas plantas
son las siguientes.
Higuerillo (Ricinus communis)
Es común verlo cerca de barrancas
y predios baldíos, y hasta colonizando
el patio de tu casa. El higuerillo es una planta con grandes hojas palmeadas,
con frutos trilobulados y semillas jaspeadas.
Las semillas del higuerillo son
de las más tóxicas que existen entre todas las plantas. Poseen una albumina (un
tipo de proteína) llamada ricina que es mortal.
Esta toxina al ser ingerida
induce a la muerte celular, causando, en el afectado, hemorragias internas,
deshidratación, vómitos e hipotensión.
El desenlace es fatal y puede llegar a ser muy agónico. Actualmente no
se conoce antídoto.
A pesar de todo eso, las semillas
del higuerillo son utilizadas para extraer el aceite de ricinus que contiene el
ácido ricinoleico, que es un purgante de gran reputación.
La extracción del aceite se produce
en caliente, para lograr destruir la ricina y conseguir un aceite inocuo, apto
para el consumo humano.
Florifundia (Brugmansia arborea)
También es conocida como trompeta
de ángel. Posee el alcaloide escopolamina. En Colombia fue famoso su uso como
potente droga, que se empleaba para cometer delitos al endrogar a las víctimas.
La escopolamina -a la cual también llaman “burundanga”-
ingresa al cuerpo principalmente por las membranas mucosas y actúa sobre las
terminaciones nerviosas.
La sobredosis de escopolamina
causa convulsiones, arritmias cardíacas, disminución de saliva, insuficiencia
respiratoria e incluso la muerte.
Aun con estas características
mortales, la planta es utilizada en medicina; ya que la escopolamina es
empleada para tratar los mareos y las náuseas; también es utilizado como
analgésico y como tratamiento del mal de Parkinson.
Pito (Erythrina berteroana)
Es parte de la gran familia de
las fabáceas y su nombre proviene por el
sonido que se produce al soplar las flores. Actúa como somnífero, y los efectos
se pueden percibir al poco tiempo de consumo. Estos efectos son producidos por
la neurotoxina llamada eritrina.
La raíz y las semillas de esta
planta pueden llegar a ser muy toxicas. Los síntomas de una sobredosis son
mareos, fiebre y dolores de pecho y abdomen.
Las semillas son utilizadas por
nativos, de ciertas regiones del Amazonas como alucinógenos.
Los campesinos consideran al pito
con propiedades afrodisiacas, con capacidad de inducir a sueños eróticos; así
que ya saben…
Frijol (Phaseolus vulgaris)
El frijol pertenece a la familia
de las fabaceaes y es cultivado en todo el mundo.
Un alimento más que universal, ¿quién
podría pensar que los frijoles pueden ser tóxicos? Y si, efectivamente lo son
pero cuando se consumen crudos.
El frijol contiene la toxina
fitohemaglutinina (un tipo de proteína del grupo de las lectinas), que tras la
intoxicación provoca nauseas, vómitos y diarreas que pueden ser muy graves.
Afortunadamente la
fitohemaglutinina es inactivada por el calor, así que ya saben, asegúrense de
cocinarlos bien para evitar cualquier infortunio.
El consumo excesivo de frijoles (cocinados
obviamente) causa flatulencias (gases) debido al carbohidrato rafinosa que no
es digerido eficientemente por el sistema digestivo.
Cerezo negro (Sysygium sp)
También se le conoce como cerezo de
Belice. Es una árbol perteneciente a la familia de las mirtáceas
Aunque no es un árbol propio de
la región, ya que fue introducido desde Asia, es frecuente verlo a las orillas
de las aceras de la ciudad o en los parques.
Su fruto es utilizado para
extraer colorantes y para hacer bebidas e incluso para consumirlo fresco. Es
muy frecuente su consumo por las personas y característico el sabor que deja en
los labios tras comerlo.
A pesar de su utilización como
alimento, los frutos del cerezo negro poseen ácido cianhídrico que es
potencialmente peligroso, ya que afecta a la respiración celular, pudiendo
ocasionar la muerte.
Loroco (Fernaldia pandurata)
Esta planta, que crece en forma
de enredadera y pertenece a la familia de las apocynaceas, es muy utilizada en
la cocina salvadoreña y guatemalteca. Se utiliza en sopas, pizzas y en las
famosas pupusas.
La planta es conocida como
mataperros. El nombre “apocyno” (de ahí el nombre de la familia: apocynaceae),
que proviene del griego, se traduce como “vete perro”, debido a los efectos
dañinos que esta planta causa en los perros.
La planta produce látex que puede
ser perjudicial si se ingiere; la raíz contiene los alcaloides lorocina y
loroquina que son tóxicos para el ser humano; y el consumo de su flor (que es
lo que llamamos loroco en el mercado) produce irritación del sistema digestivo,
similar a como lo hace el chile.
Mientras no consumamos su látex
ni su raíz, los efectos negativos no serán significantes.
Chipilín (Crotolaria longirostrata)
Otra planta de la familia de las
fabáceas que es muy utilizada en la comida centroamericana.
La raíz y las semillas son muy
toxicas, tanto así, que son utilizadas en el campo para envenenar a los
animales al ponerles cebos hechos de raíz molida mezclada con harina de maíz.
El reconocimiento de estas
características letales de la planta ha hecho que su importación a Australia
haya sido prohibida.
Comida típica en la que se utiliza el chipilín
Y los efectos nocivos no solo se
limitan a la raíz y las semillas; estudios recientes ha considerado que las
hojas de chipilín producen efectos negativos a largo y mediano plazo, siendo
hepatotóxicas.
No se ha sabido confirmar cuanta
es la dosis para provocar daño hepático, pero el riesgo existe. Puede causar
hepatitis y cirrosis.
Medicinalmente el chipilín se usa
para combatir el insomnio y el reumatismo. También se utiliza tópicamente para
tratar heridas.
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