sábado, 1 de agosto de 2015

Plantas tóxicas que viven muy cerca de nosotros

Es bien conocida la existencia de plantas toxicas, e incluso mortales, que habitan lo más recóndito de los bosques. Plantas que nadie se atrevería a probar. Nadie se puede fiar de una planta desconocida por el temor de morir intoxicado, pero, ¿Qué hay de las plantas tóxicas con las que convivimos muy cercanamente?

Existen varias especies botánicas que las personas utilizan de diversas formas, muchas veces desconociendo lo peligrosas que pueden llegar a ser.  Muchas de ellas sirven de alimento o medicina al ser humano. Algunas de estas plantas son las siguientes.


Higuerillo (Ricinus communis)

Es común verlo cerca de barrancas y predios baldíos,  y hasta colonizando el patio de tu casa. El higuerillo es una planta con grandes hojas palmeadas, con frutos trilobulados y semillas jaspeadas.


Las semillas del higuerillo son de las más tóxicas que existen entre todas las plantas. Poseen una albumina (un tipo de proteína) llamada ricina que es mortal.

Esta toxina al ser ingerida induce a la muerte celular, causando, en el afectado, hemorragias internas, deshidratación, vómitos e hipotensión.  El desenlace es fatal y puede llegar a ser muy agónico. Actualmente no se conoce antídoto.


A pesar de todo eso, las semillas del higuerillo son utilizadas para extraer el aceite de ricinus que contiene el ácido ricinoleico, que es un purgante de gran reputación.
La extracción del aceite se produce en caliente, para lograr destruir la ricina y conseguir un aceite inocuo, apto para el consumo humano.


Florifundia (Brugmansia arborea)

También es conocida como trompeta de ángel. Posee el alcaloide escopolamina. En Colombia fue famoso su uso como potente droga, que se empleaba para cometer delitos al endrogar a las víctimas.



Pertenece a la familia de las solanáceas; es propia de las regiones tropicales de América, y es común verla como planta ornamental en parques, jardines y colonias.

La escopolamina  -a la cual también llaman “burundanga”- ingresa al cuerpo principalmente por las membranas mucosas y actúa sobre las terminaciones nerviosas.

La sobredosis de escopolamina causa convulsiones, arritmias cardíacas, disminución de saliva, insuficiencia respiratoria e incluso la muerte.

Aun con estas características mortales, la planta es utilizada en medicina; ya que la escopolamina es empleada para tratar los mareos y las náuseas; también es utilizado como analgésico y como tratamiento del mal de Parkinson.


Pito (Erythrina berteroana)

Es parte de la gran familia de las fabáceas  y su nombre proviene por el sonido que se produce al soplar las flores. Actúa como somnífero, y los efectos se pueden percibir al poco tiempo de consumo. Estos efectos son producidos por la neurotoxina llamada eritrina.


La raíz y las semillas de esta planta pueden llegar a ser muy toxicas. Los síntomas de una sobredosis son mareos, fiebre y dolores de pecho y abdomen.

Las semillas son utilizadas por nativos, de ciertas regiones del Amazonas como alucinógenos.

Los campesinos consideran al pito con propiedades afrodisiacas, con capacidad de inducir a sueños eróticos; así que ya saben…


Frijol (Phaseolus vulgaris)

El frijol pertenece a la familia de las fabaceaes y es cultivado en todo el mundo.


Un alimento más que universal, ¿quién podría pensar que los frijoles pueden ser tóxicos? Y si, efectivamente lo son pero cuando se consumen crudos.

El frijol contiene la toxina fitohemaglutinina (un tipo de proteína del grupo de las lectinas), que tras la intoxicación provoca nauseas, vómitos y diarreas que pueden ser muy graves.

Afortunadamente la fitohemaglutinina es inactivada por el calor, así que ya saben, asegúrense de cocinarlos bien para evitar cualquier infortunio.

El consumo excesivo de frijoles (cocinados obviamente) causa flatulencias (gases) debido al carbohidrato rafinosa que no es digerido eficientemente por el sistema digestivo.


Cerezo negro (Sysygium sp)

También se le conoce como cerezo de Belice. Es una árbol perteneciente a la familia de las mirtáceas
Aunque no es un árbol propio de la región, ya que fue introducido desde Asia, es frecuente verlo a las orillas de las aceras de la ciudad o en los parques.


Su fruto es utilizado para extraer colorantes y para hacer bebidas e incluso para consumirlo fresco. Es muy frecuente su consumo por las personas y característico el sabor que deja en los labios tras comerlo.

A pesar de su utilización como alimento, los frutos del cerezo negro poseen ácido cianhídrico que es potencialmente peligroso, ya que afecta a la respiración celular, pudiendo ocasionar la muerte.


Loroco (Fernaldia pandurata)

Esta planta, que crece en forma de enredadera y pertenece a la familia de las apocynaceas, es muy utilizada en la cocina salvadoreña y guatemalteca. Se utiliza en sopas, pizzas y en las famosas pupusas.


La planta es conocida como mataperros. El nombre “apocyno” (de ahí el nombre de la familia: apocynaceae), que proviene del griego, se traduce como “vete perro”, debido a los efectos dañinos que esta planta causa en los perros.

La planta produce látex que puede ser perjudicial si se ingiere; la raíz contiene los alcaloides lorocina y loroquina que son tóxicos para el ser humano; y el consumo de su flor (que es lo que llamamos loroco en el mercado) produce irritación del sistema digestivo, similar a como lo hace el chile.

Mientras no consumamos su látex ni su raíz, los efectos negativos no serán significantes.


Chipilín (Crotolaria longirostrata)

Otra planta de la familia de las fabáceas que es muy utilizada en la comida centroamericana.

La raíz y las semillas son muy toxicas, tanto así, que son utilizadas en el campo para envenenar a los animales al ponerles cebos hechos de raíz molida mezclada con harina de maíz.

El reconocimiento de estas características letales de la planta ha hecho que su importación a Australia haya sido prohibida.

Comida típica en la que se utiliza el chipilín  

Y los efectos nocivos no solo se limitan a la raíz y las semillas; estudios recientes ha considerado que las hojas de chipilín producen efectos negativos a largo y mediano plazo, siendo hepatotóxicas.

No se ha sabido confirmar cuanta es la dosis para provocar daño hepático, pero el riesgo existe. Puede causar hepatitis y cirrosis.


Medicinalmente el chipilín se usa para combatir el insomnio y el reumatismo. También se utiliza tópicamente para tratar heridas.

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