Los animales son seres fascinantes,
que nos intrigan y nos sorprenden con sus singulares formas y comportamientos.
Los vemos en los zoológicos, en documentales televisados, e incluso convivimos
con ellos volviéndolos nuestras mascotas.
En la mayoría de casos no
representan peligro para nuestras vidas; ya sea porque una reja nos protege,
porque los estamos viendo simplemente en video o porque estamos en contacto con
animales ya domesticados; pero cuando esas barreras se rompen y la tensión o la
necesidad surgen, o nuestra confianza excede nuestra razón es cuando los
animales se convierten en mortíferas criaturas.
Vamos con el primero de los casos:
La muerte de Hensley por una serpiente
No todas las serpientes
representan amenaza para el ser humano; pero las serpientes venenosas son de
especial cuidado; al parecer no lo consideraba así George Went Hensley, un estadounidense pentecostal quien hizo popular la
práctica de manejar serpientes venenosas.
Hensley consideraba que el Nuevo Testamento ordenaba a los cristianos interactuar
con serpientes venenosas.
Se considera que Hensley había sobrevivido a unas 400 mordidas y no había
sufrido perjuicios mayores; pero un día lo alcanzo la fatalidad.
En 1955 Hensley sufrió una mordida letal por una
serpiente venenosa durante un sermón. Al negarse a recibir ayuda médica,
Hensley falleció el siguiente día a causa del mortal ataque a su muñeca
producido por el toxico ofidio.
Esquilo y la premonición del oráculo
Esquilo fue un dramaturgo griego,
considerado como el más grande representante de la tragedia griega. Según se
dice en la historia El oráculo le predijo a Esquilo que este moriría bajo el
derrumbe de una casa; entonces Esquilo decidió alejarse de toda construcción
para evitar tal fatal destino.
Al final no fue un casa
cualquiera la que le cayó, sino que la de una tortuga que fue arrojada desde lo
alto por un águila que confundió la cabeza del pobre Esquilo con alguna roca
del campo.
Los osos asesinos de Katmai
Timothy Treadwell fue un ecologista y documentalista apasionado por los
osos grizzly. Convivio con ellos durante 13 años en el Parque Nacional de
Katmai. Grabo más de 100 horas de video, estudiando la vida de los Grizzly en
los cuales mostraba gran temeridad acercándose mucho a los osos. Escribió,
junto Palovak un libro llamado Among
Grizzlies: Living with Wild Bears in Alaska.
Treadwell tenía gran experiencia
en el trato con osos grizzli y conocía mucho de ellos; pero el 5 de octubre del
año 2003 sucedió algo trágico: Treadwell había viajado junto a su novia Amie
Huguenard, cuando fueron atacados y devorados fuera de su tienda por uno o
varios osos grizzly.
El ataque inesperado de Tilikum
Dawn Brancheau tenía años de
experiencia trabajando con cetáceos. Era una apasionada de las orcas y fungía
el cargo de entrenadora en sea world.
El trágico incidente ocurrió en
el 2010 en plena exhibición, cuando Tilikum, una orca 5454 kg tomo a Brancheau por
el brazo arrastrándola hasta ahogarla en la piscina.
La autopsia revelo que su
muerte ocurrió por ahogamiento y traumatismos severos como la rotura que sufrió
en su medula espinal, mandíbula, costillas y una vértebra cervical
La raya que mato al cazador de cocodrilos
Llamado “El Cazador de Cocodrilos”,
Stephen Irwin fue un ecologista australiano muy reconocido en todo el mundo por
su programa The Cocodrile Hunter (El Cazador de Cocodrilos).
Irwin sufrió su fatal incidente
mientras grababa un documental marino en Queensland, Australia. Irwin tuvo la osadía
de cabalgar a una raya látigo, la cual le respondió atravesándole el corazón con
el aguijón de su cola.
Stephen Irwin mantenía un una
serie de preceptos que dijo en alguna ocasión: "Mi regla número uno es que
la cámara siga grabando. Aún si está temblorosa la imagen o ligeramente fuera
de foco. No renuncio. Aún si un enorme cocodrilo está mordiéndome, quiero
llegar hasta el final, incluso hasta morir. Esa sería mi máxima aspiración".
Por lo tanto la persona que
estaba filmando la situación no se detuvo en ningún momento. La muerte del
Irwin está documentada, pero por motivos éticos es poco probable que salga al público.
El ataque del coyote
Taylor Mitchell, fue una joven cantante
de música folk; un día paseaba por Parque Nacional del Monte de Cabo Breton
cuando fue atacada mortalmente por un coyote; murió con tan solo 19 años pocos
días después de haber sido nominada para el Canadian Folk Music Award como
mejor músico joven.
Casos como estos son sumamente
raros, pero recientemente se considera que los coyotes de USA y Canadá se están
volviendo inusualmente agresivos con los humanos.
La muerte de Mitchell es la
segunda ocasionada por coyotes de la cual se tenga constancia, y la primera en
la cual la víctima fue una persona adulta.
La ferocidad de Tatiana
El Zoológico de San Francisco fue
testigo de un gran descuido. Justo en la mañana de navidad, el 25 de septiembre
de 2007, Tatiana, una enorme tigresa, escapo de su recinto y empezó recorrer el
lugar.
Mientras deambulaba por el lugar se
topó con tres jóvenes, a dos de los cuales dejo mal heridos y al tercero le
arranco la vida. La tigresa se abalanzo hacia el desafortunado joven, al cual
mutiló hasta matarlo. Tatiana fue abatida a tiros mientras aún
estaba atacando a uno de los dos muchacho restantes.
El cuerpo del muchacho, asesinado
por Tatiana, presentaba múltiples heridas en el cuello y la cabeza, las vértebras
fracturadas y su yugular cortada.
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