Las ciencias biológicas van
descifrando, cada vez, mayor cantidad de hechos y fenómenos; muchos de ellos
quizá ni los imaginábamos; pero para eso está la ciencia, y, en especial, la
biología para dar respuesta a muchas cosas.
¿Por qué se nos arrugan los dedos
al estar en el agua?
Se ha comprobado científicamente
que el hecho de que los dedos se arruguen, al estar en contacto prolongado con
el agua, es una adaptación evolutiva.
Este cambio de textura en los dedos tiene
la finalidad de permitirnos tomar cosas que estén bajo el agua, cumpliendo
estas arrugas una función similar a la que cumplen las estrías de los
neumáticos de los carros para favorecer el agarre en el suelo.
¿Los fetos ayudan a sanar a las
mujeres embarazadas?
Hay estudios recientes que
afirman que los fetos son capaces de detectar tejidos dañados en el cuerpo de
sus madres y de curarlos, enviando células madres para su reparación.
También
se conoce que son capaces de enviar células madres con función de combatir el
cáncer de mama. ¡Sin duda todo un mecanismo destinado a preservar la especie!
El hígado y su gran capacidad de
regeneración.
Está comprobado, por medios de
las observación hechas tras las donaciones de órganos, que el hígado es capaz
de regenerarse a partir de una pequeña fracción, inclusive con porciones
menores a un 10% del tamaño original.
Exhalar nos adelgaza
Cuando perdemos peso nuestro
metabolismo se está encargando de quemar las moléculas de grasa; los átomos de
carbono de los triglicéridos y el dióxido de carbono son expulsados a través de
las exhalaciones.
Todos los días cargamos con dos
kilogramos de bacterias en nuestro cuerpo.
Nuestro cuerpo es el hogar de más
de 100 000 millones de bacterias. Todos estos microorganismos cumplen funciones
importantes, algunos producen sustancias necesarias para que absorbamos los
nutrientes de los alimentos y otras intervienen en el balance de nuestro
sistema inmunológico. De toda esa carga bacterial, solo una cantidad muy ínfima
es capaz de causarnos daño.
La imprescindible leche materna.
La leche materna posee todos los
requerimientos nutricionales que el recién nacido necesita hasta sus 6 meses de
edad; a partir de esa edad, la leche materna se va adaptando a las necesidades
del niño en crecimiento.
Además, el organismo de la madre tiene la capacidad de
detectar la presencia de virus en el organismo del bebe, y de esa forma,
generar en la leche, los anticuerpos necesarios para combatirlos.
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