martes, 14 de noviembre de 2017

¿Nos enamoramos con el corazón o con el cerebro?

El amor es uno de los sentimientos más interpretados que existen en la naturaleza humana. Se ha representado, a través de la historia, de innumerables maneras: en la literatura, en la pintura, en el teatro, en la música, en las películas; y ha sido motivo de conflictos históricos, de suicidios, de crímenes pasionales y de gran cantidad de hechos ruinosos, así como también de las más excelsas situaciones.


Cuando nos enamoramos el corazón se nos “sale del pecho” y sentimos como se altera nuestro ritmo cardíaco. Surge la pregunta: ¿acaso nos enamoramos con el corazón o con el cerebro? En la creencia popular se hace referencia al corazón como el órgano encargado de producir el sentimiento del amor; sin embargo lo que hace es solo manifestarlo al producir un aumento de la frecuencia cardíaca, que igual sucede en la angustia, el miedo, el nerviosismo, etc.

Pero todo lo que sentimos durante el enamoramiento se produce en el cerebro, debido a unas sustancias químicas que actúan como flechas de cupido, hormonas que actúan como neurotransmisores: las endorfinas. Son tres tipos de endorfinas las que intervienen en esas sensaciones que produce el amor: la norepinefrina, la dopamina y la feniletilamina.

Feniletilamina

Para el psiquiatra José Miguel Gaona el amor no es más que una conjunción de reacciones químicas, que están ligadas a otros procesos como la actividad, la alimentación, entre otros. Talvez lo que dice Gaona nos puede matar esas consideraciones etéreas que tenemos del amor, pero es la forma más científica de explicarlo: una mera actividad bioquímica. Aunque no por eso el amor dejará de existir en su plano filosófico, psicológico y poético.

Según Gaona el amor tiene tres etapas.
  • Fase primera: En esta fase reconocemos actitudes y virtudes en la pareja, que responden a la frase “me parece atractiva esa persona”.
  • Fase Segunda: Aquí se da la atribución de cualidades extraordinarias a la otra persona, y todo debido al gran bienestar que las endorfinas nos producen cuando estamos cerca de tal persona.
  • Fase tercera: En esta etapa se crea un vínculo emocional y sexual a la vez que la feniletilamina se segrega de una manera importante. El chocolate se caracteriza por contener feniletilamina, razón por la cual es considerado un gran afrodisíaco.

Así como el chocolate genera adicción, igualmente lo hace el amor. Cuando se rompe una relación y se siente esa característica angustia es debido a la disminución en el cerebro de las endorfinas ocurriendo el síndrome de abstinencia


Curioso es el hecho que los escritos de los poetas románticos hasta antes del XIX iban más que todo dirigidos hacia los amantes y no hacia las parejas de esposos; ya que hasta esa fecha los matrimonios se daban por interés y no por esa pasión desbordante que si se daba entre los amantes, y que era reflejada en los poemas de amor.